Hoy toca contar algo sobre la comida checa. Es verdad que llevo sólo tres semanas, pero creo que he tenido tiempo suficiente para probar diferentes platos y bebidas como para poder hacer un pequeño resumen.
Aunque aquí suelo ir mucho al comedor universitario, la verdad es que la mayor diferencia con los precios de España la he encontrado en los restaurantes y bares no turísticos. Se puede comer bien en muchos sitios sin que la cuenta supere los 6€, y los hay más baratos.
A diferencia de España, la gente en República Checa no se suele hacer la pregunta que tanto he escuchado allí: “¿con esto será suficiente para comer, o se quedará corto?”. Aquí este tipo de cosas las evitan siendo más cuidadosos, te ponen en la carta los gramos que pesa la comida. Os dejo un ejemplo:

Carta en checo donde se puede ver que en todos los platos figura su peso.
Para comer, lo típico son platos que tienen algo de carne, por ejemplo el “gulash” que es carne en salsa. Suele acompañarse con “dumplings”, que lo venden como muy popular de su país, pero para mí es una simple variedad de pan. También puede serlo de patata (una patata hervida y algo comprimida).

Gulash con dumplings de pan y potatocakes.
Son muy típicas las sopas, en especial la de cebolla. El otro día me comí una que la servían dentro de un pan que también podías comerte.

Sopa en pan, aunque en este restaurante la sopa parecía una especie de cocido.
Pero de lo que más presumen es del ‘smažák’. Se trata de queso (Camembert o Edam) frito. Es tan popular que se puede encontrar en casi todo los sitio s, incluso en cadenas de comida rápida como BurgerKing, McDonalds, Ikea...
Para hablar de bebida tengo que empezar por lo mejor que hacen en este país: la cerveza. Se vende en medio litro, y en muchos bares te la sirven directamente sin preguntar. La cerveza aquí tiene una graduación diferente que va de los 10 a los 14º, esta medida es proporcional a la cantidad de azúcar que contiene. La más famosa es la Pilsner Urquell pero yo os recomiendo otra más barata y cuya etiqueta me enamoro desde el primer día: la Kozel.

Cerveza Kozel con una cabra en su etiqueta.

La cerveza más famosa y de las más caras: la Pilsner Urquell.
Su licor más conocido es el Becherovka. Esta bebida con un toque de sabor a canela comenzó siendo una especie de jarabe pero ha terminado bebiéndose en chupitos.

Becherovka.
El punto feo de la mayoría de los restaurantes donde he estado (que no todos), es el trato. Son muy serios y más de una vez me han devuelto mal o hemos tenido algún problema. En una cafetería hasta se enfadaron por dejarle poca propina. Pero para asegurar que todos los camareros son antipáticos me queda seguir probando más lugares, puede ser que sólo haya sido mala suerte.
Os seguiré contando...
Ismael